La PENultima sonrisa (antes ultima sonrisa)

martes, abril 28, 2009


XDXDXD Nacho dando un besito a Ginger XDXDXDXDXD


A ver si os pongo "algo" al dia.

He estado ocupada. Ocupadisima. "Good busy" como dicen aqui. Para bien. Trabajo. Y bonito. Trabajar con crios pequeños le da a uno una idea de porque esta el mundo tan podrido. Si nadie creciera y todos fueramos aun preescolares, todo iria mucho mejor. Dicen lo que sienten, verdades como puños. Ya sabeis el dicho: dicen la verdad los niños y los borrachos.

Por lo demas, aparte de trabajo, tambien ha habido ratos de ocio, paseos por el monte y voluntariados varios. Tambien la participacion en la cabalgata de la ciudad con el grupo de salsa al que llevamos asistiendo desde el pasado septiembre.

Empecemos por partes. Os prometi:

1. Cumpleanos y fiestas
2. Oakland y Berkeley.
3. Comprar productos ibericos por aqui.
4. Feria de ciencias.
5. De trabajos, escuelas y traducciones.

1. Fiesta de cumpleaños de servidora. 33. Jopelines.... Un monton de gente en casa. Le prometi a Nacho una fiesta intima, y mi definicion de intima parece ser diferente de la suya. :)

2. Oakland como visita durante el dia esta bien. En cuanto empieza a oscurecer, mejor nos vamos para casita bien corriendo. Lo mejor: el Chinatown con tortugas, ranas gigantes y almejas vivas expuestas en plena calle para la compra del consumidor avezado. Lo peor: Ver en una tienda a una señora poniendo una pegatina de "Made in China", mientras quita la de "Made in Japan". Vamos, que no se puede uno fiar de nada ni de nadie.

3. A Berkeley fuimos a comprar productos ibericos. A mayores una horchata, para que la probara Keiko. La Che de toda la vida, pagada a precio de vino muy bueno. Unos 7 dolares la botellita.

4. Pues eso, que este mes y el pasado, Nacho y yo hemos voluntariado siendo parte del jurado de unas ferias de ciencias para los chavales del instituto. Como en las series. Los nenes hacen judiadas a plantas, o al agua, o similares y sacan conclusiones. Los proyectos mas novedosos e inteligentes (y menos copiados de internet, todo hay que decirlo), se llevan premios y becas. Es curioso ver como estos nenes estan super influenciados por el tema germen-bacteria y demas. Luego crecen, y seran de los que se echan gel antibacteriano cada dos segundos, que los hay. En fin.

5. El trabajo bien gracias. Sigo con mis nenes en los colegios; voluntario una vez por semana dando tours en Shoreline como siempre; participo en mesas en el dia del arbol; he trabajado como traductora (temporal) para un bufete de abogados; me he involucrado en otro proyecto de la SVTC relacionado con mis amigos (ironia) los paneles solares; he comenzado un nuevo proyecto con los EVs consistente en hacer (basicamente) un inventario de sus animales muertos, con los que vamos a las clases a enseñar a los crios (muy interesante, gracias a eso, he visto especimenes que antes jamas soñe con ver como musarañas :)); he realizado otro cursillo para dar mas clases en las escuelas, esta vez de ecologia y ecosistemas que es lo que mola; publique un mini articulito y me dieron credito en un proyecto mayor de la SVTC; he realizado entrevistas para otros sitios de cara al verano (de momento sin suerte), etc....

Y algo mas que se me este olvidando, no se.

:)

A mayores he sobrevivido una infeccion gorda de oido, con chiropractico incluido... se dice asi?).

Hemos acabado de remodelar el aseo y ahora esta completo y tiene ducha.

En la parte divertida, he visto la diseccion de un calamar gigante (de mas de 1 metro); hemos celebrado la baby shower de Cindy (la cual tuvo a Makena hace 4 dias:)); acabamos la clase de ceramica con resultados... no muy malos; seguimos bailando salsa, merengue, cumbia, bachata.. y ahora caporales, que son unos bailes bolivianos la mar de pegadizos; hemos celebrado el a
ño nuevo chino, el persa, etc.... el sakura japones lo hemos vivido ya tres veces :); hemos hecho caminatas por Coyote Ridge, Monte Tamalpais y Henry Cowell State Park; celebre el dia de la tierra por SF montando en tropecientos buses para poder llegar a mi amado consulado, el cual con suerte me mandara en breve mi nuevo y flamante pasaporte(espero); hemos asistido a una fiesta vecinal organizada aqui donde vivimos por una de las vecinas- a la antigua usanza, autentica, crios corriendo, barbacoas chamuscando perritos y coca colas quedansose calentorras al sol, molo mucho, porque conocimos a muchos vecinos; desfilamos con los de la clase de salsa por Mountain View y con suerte lo haremos por SF en el carnaval de Mayo.....


Y el a
ño acaba de empezar!!!

Esto es el resumen de cuatro meses...

Y todo lo que queda.....

Asi que si no os respondo al correo, no me lo tomeis a mal. Estoy...pero liada con la manta a la cabeza!!! y hasta arriba de cosas superinteresantes que hacer!!!!


viernes, abril 10, 2009


(Texto del Chiste: Nuevo! Cubos de basura desechables! Solo rellene y tire.)


DESECHANDO LO DESECHABLE

Seguro que el destino se ha confabulado para complicarme la vida.

No consigo acomodar el cuerpo a los nuevos tiempos.

O por decirlo mejor: no consigo acomodar el cuerpo al “use y tire” ni al “compre y compre” ni al “desechable”.

Ya sé, tendría que ir a terapia o pedirle a algún siquiatra que me medicara.

Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco.

No hace tanto con mi mujer lavábamos los pañales de los gurises.

Los colgábamos en la cuerda junto a los chiripás; los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar.

Y ellos… nuestros nenes… apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda (incluyendo los pañales).

¡Se entregaron inescrupulosamente a los desechables!

Sí, ya sé… a nuestra generación siempre le costó tirar.

¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables!

Y así anduvimos por las calles uruguayas guardando los mocos en el bolsillo y las grasas en los repasadores. Y nuestras hermanas y novias se las arreglaban como podían con algodones para enfrentar mes a mes su fertilidad.

¡Nooo! Yo no digo que eso era mejor.

Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra.

Lo más probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto.

Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades.

¡Guardo los vasos desechables! ¡Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez! ¡Apilo como un viejo ridículo las bandejitas de espuma plast de los pollos! ¡Los cubiertos de plástico conviven con los de alpaca en el cajón de los cubiertos!

Es que vengo de un tiempo en que las cosas se compraban para toda la vida.

¡Es más! ¡Se compraban para la vida de los que venían después!

La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, fiambreras de tejido y hasta palanganas y escupideras de loza.

Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de heladera tres veces.

¡Nos están jodiendo!

¡¡Yo los descubrí… lo hacen adrede!!

Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo.

Nada se repara.

¿Dónde están los zapateros arreglando las medias suelas de las Nike?

¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando sommier casa por casa?

¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista?

¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros?

Todo se tira, todo se deshecha y mientras tanto producimos más y más basura.

El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad.

El que tenga menos de 40 años no va a creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el basurero!!

¡¡Lo juro!! ¡Y tengo menos de 50 años!

Todos los desechos eran orgánicos e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos (y no estoy hablando del siglo XVII)

No existía el plástico ni el nylon.

La goma sólo la veíamos en las ruedas de los autos y las que no estaban rodando las quemábamos en San Juan.

Los pocos desechos que no se comían los animales, servían de abono o se quemaban.

De por ahí vengo yo.

Y no es que haya sido mejor.

Es que no es fácil para un pobre tipo al que educaron en el “guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo” pasarse al “compre y tire que ya se viene el modelo nuevo”.

Mi cabeza no resiste tanto.

Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que además cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real.

Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya sí era un nombre como para cambiarlo)

Me educaron para guardar todo.

¡Toooodo!

Lo que servía y lo que no.

Porque algún día las cosas podían volver a servir.

Le dábamos crédito a todo.

Sí… ya sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no.

Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas de jardinera… y no sé cómo no guardamos la primera caquita.

¡¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo?!

¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con que se consiguieron?

En casa teníamos un mueble con cuatro cajones.

El primer cajón era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto.

Y guardábamos.

¡¡Cómo guardábamos!!

¡¡Tooooodo lo guardábamos!!

¡Guardábamos las chapitas de los refrescos!

¡¿Cómo para qué?!

Hacíamos limpia calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro. Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los bares.

Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela.

¡Tooodo guardábamos!

Las cosas que usábamos: mantillas de faroles, ruleros, ondulines y agujas de primus.

Y las cosas que nunca usaríamos.

Botones que perdían a sus camisas y carreteles que se quedaban sin hilo se iban amontonando en el tercer y en el cuarto cajón.

Partes de lapiceras que algún día podíamos volver a precisar.

Cañitos de plástico sin la tinta, cañitos de tinta sin el plástico, capuchones sin la lapicera, lapiceras sin el capuchón.

Encendedores sin gas o encendedores que perdían el resorte. Resortes que perdían a su encendedor. Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraran al terminar su ciclo, los uruguayos inventábamos la recarga de los encendedores descartables.

Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de paté o del corned beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave.

¡Y las pilas!

Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al techo de la casa.

Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más.

No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín.

Las cosas no eran desechables… eran guardables.

¡¡Los diarios!! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para poner en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver. ¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al cuadril!

Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer guías de pinitos de navidad y las páginas del almanaque del Banco de Seguros para hacer cuadros, y los cuentagotas de los remedios por si algún remedio no traía el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hornalla de la Volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos.

Y las cajas de cigarros Richmond se volvían cinturones y posamates, y los frasquitos de las inyecciones con tapitas de goma se amontonaban vaya a saber con qué intención, y los mazos de cartas se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripción a mano en una sota de espada que decía “éste es un 4 de bastos”.

Los cajones guardaban pedazos izquierdos de palillos de ropa y el ganchito de metal.

Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en un palillo.

Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos.

Así como hoy las nuevas generaciones deciden “matarlos” apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada… ni a Walt Disney.

Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron “Tómese el helado y después tire la copita”, nosotros dijimos que sí, pero… ¡minga que la íbamos a tirar! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas.

Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos.

Las primeras botellas de plástico -las de suero y las de Agua Jane- se transformaron en adornos de dudosa belleza.

Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de bollones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella.

Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos.

No lo voy a hacer.

Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad es descartable.

Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas.

Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero.

No lo voy a hacer.

No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne.

No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo y glamour.

Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares.

De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la bruja como parte de pago de una señora con menos kilómetros y alguna función nueva.

Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo que la bruja me gane de mano … y sea yo el entregado.

Y yo…no me entrego.

Marciano Durán

2006 Enero

martes, abril 07, 2009



Palo Alto. 1 de Abril. EL dia de los tontos en EEUU (como los santos inocentes en Espagna). Con la diferencia de esta foto esta vez no es un montaje. Es real. El actual alcalde de San Francisco y candidato posible a sustituir a Terminator como gobernador, tenia un encuentro politico en el instituto de Palo Alto, para conocer opiniones y estar en contacto (muy real) con el pueblo llano.

Muchas medidas de seguridad, camaras, entrevistas (de las que tome parte, no me pregunteis porque) y gente que iba a verle porque o le odiaba o le idolatraba.

El, como siempre, inmaculado, altisimo (mas que Nacho) y con su gomina a lo Mario Conde.

Y para muestra una foto :)

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